Deportistas muy extremos I. Marc Antoine Berry

Esto no va de esquiadores o ciclistas haciendo descensos por montañas imposibles, esta serie de posts tratará sobre unos deportistas (por no llamarlos locos) que se juegan la vida con sus aficiones o trabajos. En esta ocasión hablaremos del francés Marc Antoine Berry, un submarinista, llamémoslo, extremo.


"Yo no veo la diferencia entre capturar un tiburón y un mero grande"

A través del documental del año 1.992 Pesca submarina extrema en Gabón, podrás encontrarte con este francés afincado en Gabón, donde de forma bohemia vive por y para la caza submarina de meros tropicales de entre doscientos y trescientos (sí, 300), kilos, barracudas o tiburones (sí, tiburones también).

Para estos menesteres se vale de un fusil de fabricación semi artesanal con una varilla de 10 milímetros de espesor impulsada por una bombona de CO2, haciendo unas apneas larguísimas para esperar a sus presas simulando la muerte.

Aquí tenemos una foto reciente suya, con un fusil multigoma que llama catapulta y que tiene más potencia

"Cuanto menos veo a la gente mejor estoy... el problema son los otros: cuanta menos gente vea mejor. Para mí el infierno son los demás..."

Pescador autodidacta pese a lo arriesgado de su oficio, su lugar para pescar meros suelen ser las plataformas petrolíferas, y se considera un tipo solitario, tanto es así que hubo un tiempo en que se creyó desaparecido en el mar, nada más lejos de la verdad ya que recientemente (año 2.006) ha publicado algún artículo en revistas especializadas.

El primero de los vídeos trata sobre la pesca de los meros, el uso de las corrientes y las características de su fusil Pelletier



Aquí nos explica sobre la caza de las barracudas




Y por último, Marc Antoine nos explica sus experiencias con los tiburones: desde su primer intento (a los 17 años!), hasta su técnica actual. ¿Temerario o un genio? Ustedes decidirán...



Y un remix musical del mismo documental





Como conclusión cabría destacar que en los vídeos, los no entendidos no notamos las proporciones de sus gestas, y es que bajar a 15 metros de profundidad, para esperar en apnea a la presa, para después forcejear con ella (no olvidemos que suelen ser de más de 300 kilos de peso) probablemente ante el acecho de tiburones y luego subirla al barco, no puede ser moco de pavo.

No intenten esto en casa!